Historias reales

Susana Mazon

Hace un tiempo, mi médico me diagnosticó prediabetes durante mi examen físico anual. Tenía miedo porque sabía que tener diabetes tipo 2 complicaría mi vida. Mi mamá tiene diabetes y necesita inyectarse insulina todos los días. También tengo una tía que perdió la vista debido a la diabetes. Pensé que con la diabetes tipo 2 la vida siempre se vuelve más difícil. Sabía que la diabetes puede enfermarte gravemente y dañar los pies, el corazón, los riñones o los ojos, porque eso es lo que le pasó a mi tía.

Sabía que todavía no tenía diabetes tipo 2, pero tener prediabetes ya me asustaba. Entonces, comencé a hacer cambios drásticos en mi dieta. Y eso me hizo infeliz porque era difícil intentar cambiar todo de una vez. Hablé con amigos que tenían diabetes tipo 2 o que tenían parientes que vivían con diabetes. Y eso me asustó aún más porque había demasiada información y, a veces, era contradictoria o confusa.

Luego fui a una reunión en la escuela de mi hijo y me sentí mucho mejor. Community Health Innovations estaba allí, hablando sobre su Programa de Prevención de la Diabetes (o DPP) y decidí unirme al programa.

DPP me enseñó que todavía puedo comer un poco de pan dulce, pero no en todas las comidas. Y de vez en cuando resultó ser suficiente.

Clase tras clase, aprendí cómo mejorar mi estilo de vida modificando y reduciendo los alimentos en lugar de eliminarlos. Uno de mis mayores problemas había sido comer menos pan dulce, el pan dulce que había sido una parte tradicional de nuestras comidas familiares todos los días; lo comemos para el desayuno, el almuerzo y los bocadillos.

Aprendí que pequeños pasos como ese hacen una gran diferencia para facilitar el cambio de hábitos. Empecé a perder peso y, después de seis meses de estar en el DPP, perdí 19 libras, sin dietas descabelladas ni pastillas ni bebidas que cuestan mucho. Mi asesor de salud me brinda apoyo y recursos para ayudarme a prevenir la diabetes. Y participar en el programa no me costó casi nada.

Y así, mi vida empezó a cambiar. Sabía que estaba progresando porque comencé a comportarme de manera diferente. Me volví más curiosa y aprendí más. Por ejemplo, comencé a revisar las etiquetas nutricionales cuando compraba alimentos para asegurarme de que estaba comprando los tipos de alimentos adecuados.

Y así, mi vida empezó a cambiar. Sabía que estaba progresando porque comencé a comportarme de manera diferente. Me volví más curiosa y aprendí más. Por ejemplo, comencé a revisar las etiquetas nutricionales cuando compraba alimentos para asegurarme de que estaba comprando los tipos de alimentos adecuados.

Estoy muy agradecido por este programa porque cambió mi vida y transformó a mi familia. DPP refuerza la importancia de involucrar a sus amigos y familiares para que le brinden apoyo mientras cambia sus hábitos. Ahora nuestra familia pasa más tiempo junta, cocinando comidas saludables y haciendo caminatas por el condado de Monterey. Disfrutamos nuestros fines de semana y nuestro tiempo libre juntos más que nunca, y todos nos estamos volviendo más saludables.

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